LA LETRA MATA, PERO EL ESPÍRITU VIVIFICA
El apóstol Pablo en su segunda carta dirigida a los
creyentes de la Iglesia de Corinto, les escribe la siguiente cita:
2 Corintios 3:6; (…) el cual también nos hizo
suficientes como ministros de
un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida (…).
Debemos entender muy bien el contexto de esta cita bíblica, pues muchos cristianos la han
tomado fuera de contexto, para cuestionar a muchos creyentes su mucho
conocimiento de la palabra de Dios y su falta de espiritualidad. Con esta cita,
al sacarla de contexto, encuentran el pretexto para justificar su propia falta
de estudio de la palabra, y pregonan la manida frase “obras son amores, lo demás buenas razones” o “en vez de dar tanta palabra, mejor predique con el ejemplo personal”.
También he escuchado criticar con dureza a quienes
tratamos de cumplir la gran comisión de predicar a Cristo y Su mensaje, usando,
aparte de la anterior cita bíblica, las siguientes tres frases del fundador de
la orden Franciscana, San Francisco de Asís,
“Predica el evangelio en todo
momento, y cuando sea necesario, utiliza las palabras”;
“Sus actos pueden ser el
único sermón que algunas personas escuchan hoy en día”;
“No sirve de nada andar en
todos lados predicando, a menos que nuestro caminar sea nuestra prédica”.
Esta cita interpreta la letra, como el estudio o
la lectura de la palabra de Dios, indicando que mucho conocimiento MATA la espiritualidad
y nos volvemos como lo que más aborreció y atacó Jesús, fariseos, que dominaban
la ley (la letra de las escrituras), pero no tenían misericordia, amor o compasión
con el prójimo.
Jesús llegó a llamarlos “sepulcros blanqueados”, indicándoles que por fuera eran ataúdes
muy lindos, blancos y limpios, pero por dentro (en su corazón) llevaban la
podredumbre de la muerte espiritual.
Pero,
de otra parte, vemos al apóstol Pablo exhortando a los creyentes a que se dediquen
a ESTUDIAR y PREDICAR la palabra de Dios. Veamos algunas citas concretas:
1Timoteo 4:13; (…) Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza
(…).
Colosenses 3:16; (…) La palabra de
Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría (…)
2 Timoteo 2:15; (…) Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado,
como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra
de verdad (…).
Tito 3:16-17; (…) Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar,
para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el
hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra (…).
¿Entonces,
Pablo se contradice?
No, ese
es el problema de ”aislar” el contexto y solo utilizar parte del versículo inicial,
llevándolo a que diga lo que yo quiero que diga (este proceso se llama eiségesis,
que es interpretar un texto de tal manera que el
lector introduce sus ideas generalmente de manera subjetiva), todo lo contrario
de exégesis, que significa “explicar”, “exponer” e
“interpretar” la palabra de Dios, centrándose en la literalidad, con la
intención de reconstruir el significado original de la misma, teniendo en
cuanta TODO el contexto en que fue hablada. Por eso, los cristianos que estudiamos la palabra de manera formal
resaltamos siempre el principio de que “UN TEXTO, FUERA DE CONTEXTO, SE LO UTILIZA PARA
UN PRETEXTO”.
¿Qué quiso entonces decir el
Espíritu Santo de Dios por medio del apóstol Pablo, cuando le escribió ese
versículo, a los cristianos de Corintio?
El contexto (exégesis) habla de
que Pablo estaba siendo cuestionado por algunos miembros de la Iglesia de Corinto
y ese cuestionamiento tenía su origen en los falsos ministros que habían minado
la fe de muchos miembros de la Iglesia, sobre el sacrifico redentor de Cristo,
IMPONIENDOLES DE NUEVO LA TRADICION DE OBRAS Y RITOS JUDIOS, tales como la
circuncisión, normas, etc., del antiguo testamento (La Ley) …veamos el contexto:
2 Corintios 3:1; (…) ¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros
mismos? ¿O tenemos necesidad, como
algunos, de cartas de recomendación para vosotros, o de recomendación de
vosotros?
3:2 Nuestras cartas sois vosotros, escritas en
nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres;
3:3 siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en
tablas de carne del corazón.
3:4 Y tal
confianza tenemos mediante Cristo para con Dios;
3:5 no que
seamos competentes por
nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios,
3:6 el cual asimismo nos hizo ministros
competentes de un nuevo pacto, no de la letra,
sino del espíritu; porque la letra mata, más el espíritu vivifica.
¿ENTIENDEN EL
CONTEXTO?
Dios lo había
hecho a él (Pablo) un ministro
competente del nuevo pacto y el énfasis que pone en el nuevo pacto
implica que sus opositores eran ministros del pacto antiguo (judaizantes
defendiendo a muerte la Ley de Moisés en vez de aceptar la nueva Ley del AMOR);
2Corintios 3:6 … no de la letra, sino del espíritu;
porque la letra mata, más el espíritu vivifica.
Como Pablo está hablando del
antiguo y del nuevo pacto se identifica a LA LETRA CON LA LEY (Normas y
ritos impuestas por la RELIGIÓN) y al ESPIRITU CON EL NUEVO PACTO DE LA GRACIA
(Por gracia somos salvos, pues Jesús pagó por nosotros el castigo de nuestro
pecado).
Por lo tanto, vemos que LETRA aquí
no tiene nada que ver con estudio de las escrituras y en consecuencia, no
porque alguien se avoque al estudio de la Palabra, perderá espiritualidad. Esa
idea y esa interpretación es errada.
Hebreos
4:12; (…) Porque la palabra de Dios es viva y eficaz,
y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma
y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los
pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no sea
manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y
abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.
Juan
6:63; (…) El espíritu es el que da vida; la carne
para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son
vida (…).
La única manera para que
nosotros podamos superar nuestras carnalidades (adicciones, defectos de
carácter, etc.) es mediante el conocimiento y meditación de la palabra de Dios,
no hay otra forma. Cristo no nos dijo SEAN PERFECTOS, SEAN SUPER ESPIRITUALES y
ahí si prediquen mi evangelio, Si fuera así, NADIE podría enseñar a otros la
palabra o pasarles el mensaje. El creyente debe crecer en FE para creer que la
palabra de Dios nos va transformando cada vez mas a la imagen de Cristo, mientras
transitamos en este mundo. Recordemos como obtenemos esa necesaria FE.
Romanos 10:17; (…) Así que la fe es por el
oír, y el oír, por la palabra de
Dios (…).
Nuestro oído espiritual debe OIR la palabra de
Dios (estudiarla, meditarla) para poder obtener e incrementar nuestra Fe.
Y recordemos:
LETRA = LEY = Normas,
ritos, religión, dictadas por hombres.
GRACIA = Recibir GRATIS
(nunca por obras) la salvación y vivir por Fe bajo la infinita Gracia de Dios
hacia nuestras vidas. Es una RELACIÓN PERSONAL del creyente con papá Dios.
Nunca
debemos dejar de estudiar y meditar la palabra de Dios, pues es el alimento de
nuestro espíritu.
Bendiciones
Pablo
José
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