LA REDENCIÓN
La redención implica UN PAGO PARA LIBRAR A ALGUIEN. Para nosotros, los cristianos que vivimos bajo un nuevo y mejor pacto que los hombres del antiguo testamento antes de que viniera el Mesías, significa la compra de un esclavo de su antiguo amo el pecado, de modo que está libre para servir a su nuevo amo que es DIOS.
Según la Biblia, nosotros somos
cautivos para pecar (esclavos del pecado) y solos no podemos huir de este cautiverio (redimirnos o liberarnos). De tal manera, Jesús nos ha librado habiendo
ido a la cruz y pagado nuestra redención con su sangre.
Esto es lo que el apóstol Pedro
tuvo en conocimiento en:
1 Pedro 1:18-19, (…) sabiendo que fuisteis
rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres,
no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de
Cristo (…)
Efesios 1:7 7; (…) en
quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las
riquezas de su gracia (…)
Gálatas 3:13; (…) Cristo
nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición
(porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero) (…)
Gálatas 4:5; (…) para
que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos
la adopción de hijos (…)
Romanos 6:22; (…) Mas
ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios,
tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna (…)
Entendemos entonces, siguiendo la
analogía del matrimonio, que para poder tener un nuevo esposo (Cristo) tenemos que dejar morir al
anterior marido (el pecado) y nacer de nuevo
para adquirir una nueva naturaleza sin pecado, EN CRISTO, siendo adoptado inmediatamente como hijo de DIOS.
Esa liberación de la esclavitud del
pecado o REDENCIÓN de mi naturaleza de pecado, costaba un precio y lo pagó JESÚS con su muerte y
con la ofrenda de su preciosa sangre a Dios el Padre, en la cruz.
Romanos 7:4; (…) Así
también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo
de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin
de que llevemos fruto para Dios (…)
Esta muerte a mi naturaleza
pecadora no puedo lograrla nunca solo. Necesitaba entonces que alguien me RESCATARA definitivamente de esa
antigua naturaleza,
que alguien pagará el precio de esa liberación definitiva de mi antiguo
esposo (el pecado) para poder casarme de nuevo y adquirir una nueva naturaleza
como Hijo de DIOS.
Mateo 20: 28; (…) como el
Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su
vida en rescate por muchos (…) .
Hechos 20:28;
(…) Por tanto, mirad por vosotros, y
por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para
apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre
(…)
I Pedro 1:18; (…) sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la
cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o
plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin
mancha y sin contaminación (…),
Concluimos entonces que nuestra
naturaleza de pecadores, fue eliminada totalmente por la sangre de Cristo, la
cual pagó el precio de esa naturaleza de pecado por siempre. Ese beneficio lo
regala Dios por Su gracia, a aquellos que creamos en ese supremo sacrificio e
invoquemos su nombre, queriendo de corazón nacer de nuevo en Él.
Al nacer
de nuevo en CRISTO, soy una:
NUEVA
ESPECIE que NUNCA ANTES HA EXISTIDO.
Cristo QUITA el pecado y COLOCA SU ADN DIVINO en mi, coloca SU
NATURALEZA DIVINA EN MI.
No se trata de que el pecado
haya quedado erradicado, sino que somos muertos definitivamente a su naturaleza. la posición del
cristiano es considerarse uno
mismo como muerto a la carne y vivo para Dios adquiriendo una vida enteramente
nueva para Dios.
EL PECADO PERSONAL:
Tiene
que ver con nuestra conducta permanente. Incluye nuestras transgresiones a los
mandatos de la Ley
del Amor que nos rige en el Pacto de la Gracia.
Aquí es claro manifestar que no existe sino una sola
clase de pecado. No hay
pecados veniales ni mortales, ni pequeños ni grandes. El pecado es solo uno y
se incluye allí cualquier clase de transgresión. Una mentirita es igual como
pecado que una mentirota. Un asesinato físico es igual de pecado a uno moral
que se infringe con la lengua al acabar la reputación u honra de un hermano.
Romanos 7: 20
«Y si hago lo que no quiero,
ya no lo hago yo sino el pecado que mora
en mí.»
Consecuencia de mis pecados personales:
La
única consecuencia que tienen mis pecados personales, después de haber nacido
de nuevo en Cristo es que pierdo la comunión con Dios. Aquí
es muy importante aclarar a la iglesia que el nacido de nuevo, así peque
nunca pierde la relación con Dios. El sigue siendo nuestro Padre amoroso, Se pierde la camaradería, la
comunión diaria. Pensemos en nuestros hijos cuando nos disgustamos por algo con
ellos. Nosotros NUNCA dejamos de ser sus padres, pero muy posiblemente pasará
un tiempo en que la relación de amor, comprensión, camaradería se corta, hasta
el momento en que se reconcilian y restablecen la comunicación de nuevo. Así es
nuestro Padre Celestial. Si pecamos, cortamos la comunión perfecta con EL, pero
gracias a DIOS que nos dejó la solución para ello.
Remedio para limpiar el pecado personal: EL ARREPENTIMIENTO
Simple y llanamente lo que debo hacer es RECONOCER
ante mi Padre Celestial, mi pecado, apartándome de él y confesándolo con mi
boca. No le debo poner tanto misterio a este acto. DIOS solo quiere que
nosotros reconozcamos y confesemos nuestros pecados con
genuino arrepentimiento y EL es fiel y justo para perdonarnos y olvidar.
I Juán 1:0 “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda
maldad”
Miqueas 7:19; El volverá a tener
misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo
profundo del mar todos nuestros pecados
Cúbrenos hoy y siempre con Tu preciosa sangre para lograr la protección
de los ataques del enemigo. Perdona nuestras faltas de la semana que pasó y
permite que tus ángeles ministradores nos acompañen para garantizarnos la
protección en todos nuestros actos y la provisión permanente para los que en Tu
palabra creemos. Amén.
Pablo José
Comments
Post a Comment