EL PAPEL DEL ESPÍRITU SANTO EN LA VIDA DE LOS CREYENTES
Debemos
conocer más en intimidad al Espíritu Santo y asimilar en nuestro corazón, cuál es
Su papel y que desea con nosotros, los salvos, en este mundo. Esa labor está claramente
manifiesta en la palabra de Dios. Veamos inicialmente algunas de las
funciones, según la Biblia:
1.
Nos enseña y nos recuerda, la palabra de Dios:
Cuando Jesús dejó a
los discípulos, les dijo que Dios enviaría el Espíritu Santo sobre ellos.
Juan 14:26; (…) Mas el Consolador, el
Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os
enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho (…)
Todo creyente
necesita al Espíritu Santo, para que les recuerde todo lo que Jesús nos dejó
dicho en las Sagradas escrituras. Hoy día, el Espíritu Santo nos habla a través
de la Biblia –la Palabra de Dios – exactamente de la misma manera como Jesús
les hablaba a sus discípulos. Por eso es muy importante
leer la biblia, para que el Espíritu Santo nos ayude a entenderla y a
recordar las citas cuando las necesitemos usar en nuestra vida.
2.
Nos quiere enseñar quién es Jesús realmente
Jesús mismo nos
advirtió que el ES era quien nos haría saber todo lo que necesitamos conocer de
Jesús.
Juan 16:12-14; (…) Aún tengo
muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando
venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no
hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará
saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de
lo mío, y os lo hará saber (…).
El Espíritu Santo tiene
mucho que decirnos acerca de quién es Jesús, y el significado de por qué vivió
en la tierra como un ser humano.
3.
Nos da fortaleza, nos llena de poder, para
ayudarnos en nuestra lucha contra el pecado
Antes de que Jesús
dejará la tierra, nos dijo:
Hechos 1:5-8; (…) …Seréis
bautizados con el Espíritu Santo… recibiréis poder, cuando haya venido sobre
vosotros el Espíritu Santo. (…).
En nuestra carne hay
fuerzas que son más poderosas que nuestra voluntad física (humana) y no
podremos doblegar esos malos deseos, pasiones vergonzosas, malos pensamientos,
sin ayuda en nuestro espíritu, para lograr que nos sobrepongamos a la carne. La
palabra nos lo recuerda:
Gálatas 5:16-25; (…) Digo, pues:
Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne… los que son de
Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el
Espíritu, andemos también por el Espíritu (…).
El Espíritu Santo
nos fortalece, de tal forma, que no cedemos ante los deseos de la carne cada
vez que somos tentados.
4.
Desea transformarnos:
Si queremos pensar y actuar como Dios desea,
debemos conocer, meditar y guardar Su palabra en nuestro corazón, pero primero debemos
pasarla por la mente. Si cambiamos nuestra manera tradicional de pensar
negativamente o con susto, ante cualquier circunstancia adversa, penando en lo
que nos dice la palabra de Dios para supera esa circunstancia, cambiamos nuestra
manera de actuar. De lo que tenemos guardado
en el corazón, pensamos, y con base en lo que pensamos, actuamos. Por eso,
nuestro Dios quiere que RENOVEMOS nuestra manera de pensar, por medio de la lectura
de Su palabra y con la ayuda del Espíritu Santo, para guardarla en nuestra
mente y en nuestro corazón.
Romanos 12:2; (…) No os
conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de
vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios,
agradable y perfecta (…).
La palabra “transformar” en griego es
“metamorphos” (μεταμορφόω), de donde viene la palabra en español
“metamorfosis”. El Espíritu Santo puede y quiere “metamorfosearnos”, es decir,
transformarnos por medio de Su poder, haciéndonos renovar nuestra mente con la palabra.
Nosotros solo debemos “Querer” hacerlo, leyendo la palabra y meditándola. El ES
hace el resto.
5.
Desea vivir permanentemente dentro de nosotros,
sin que lo apaguemos o contristemos, con nuestros actos carnales y/o
pecaminosos.
El Espíritu Santo
anhela vivir en nuestros corazones, para hablarnos a través de la Biblia. Pero,
¿Cómo leo la Biblia con ese deseo genuino, si el Espíritu Santo se contrista y
se esconde de nosotros todo achantado, por nuestros actos pecaminosos, sin
arrepentimiento sincero? El no puede convivir con el pecado. No nos abandona,
pero se apaga. El Espíritu Santo nos
quiere guiar, pero, ¿Cómo lo usamos si lo escondimos contristado? El Espíritu Santo nos quiere ayudar para
luchar contra el pecado en la carne, con sus pasiones y deseos. Pero, lo mismo.
Si somos conscientes
que la función del Espíritu Santo es ayudarnos, no debemos contristarlo, sino
escucharlo y obedecerle.
Efesios 4:30; (…) Y no
contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para
el día de la redención (…).
Mañana
veremos las otras funciones del Espíritu Santo en la vida de los incrédulos:
Pablo
José Ramírez Hernández
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