LA ORACIÓN DE FE PARA NACER DE NUEVO ESPIRITUALMENTE




Si usted quiere cambiar radicalmente su vida, sentirse lleno, con la paz mas placentera, y gozar de las maravillas que nuestro señor Jesucristo nos dejó para los que en El creemos, empiece por recibir de corazón a Cristo en su vida, de una manera sencilla, tal como El nos los dejó definido en sus sagradas escrituras en
Romanos 10:9,10; (…) Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación (…)

Como verás, es muy sencillo recibir la salvación eterna para poder gozar de los increíbles tesoros y gozos que nuestro Padre Celestial, con su amado hijo, nos tiene preparados en el cielo a los que creemos en Jesús. Su palabra lo dice así en
2 Corintios 5:1; (…) Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos (…).
Si nuestro cuerpo (tabernáculo donde mora Cristo) se deshiciere (muriera), vamos a la casa que nuestro Padre nos tiene lista en los cielos. Esa es la fe del cristiano.

Por eso, lo invito a que DECLARE ya con su boca, ahí donde esté en este momento, la siguiente oración de fe, muy parecida al credo católico que se dice todas las veces que se va a misa, sin reparar mucho en esa bella oración (Creo en Dios padre todopoderoso, y en JESUCRISTO su único hijo nuestro Señor…). La oración de fe que debemos creer con el corazón y recitar con la boca, es la siguiente:
“Amado señor Jesús. Yo deseo hoy de todo corazón recibirte como el dueño de mi vida, como mi Señor y Salvador. Declaro con mi boca y creo en lo mas profundo de mi corazón, que tu eres el Hijo de DIOS vivo, que moriste en la cruz para liberarnos del pecado y para darnos la salud perfecta; que por la gracia de Dios y el poder de Su Santo Espíritu  resucitaste al tercer día de los muertos y subiste a los cielos, para ofrendar tu preciosa sangre ante nuestro Padre Celestial como redención de mi naturaleza pecadora y para estar sentado a la diestra de nuestro Dios y Padre Celestial, en donde actúas por siempre como nuestro sumo sacerdote y permanente intercesor. Perdona hoy todos mis pecados y aduéñate de mi vida espiritual, escribe mi nombre en el libro de la vida del cordero y no lo borres jamás. Amén”

Si la hizo, es usted un nuevo miembro de la familia de Dios y acaba de recibir el paquete completo SALVACION, SANIDAD y PROSPERIDAD, extensiva a su familia. Y no necesita hacer nada para ir al cielo. Otra cosa es la posición que va a tener allá cuando llegue., después del tribunal de Cristo. Para asegurar una buena posición eterna, es recomendable estudiar y meditar la palabra de Dios. Eso es volverse un discípulo de Cristo, para poder disfrutar en este mundo, esos regalos maravillosos que nos dejó como herencia con su sacrifico de muerte en la cruz y que nos permiten vivir en victoria, con gozo y paz a toda hora.

Bienvenido al reino de los cielos.

Pablo José

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