¿ESTAMOS EN CRISIS O ESTAMOS EN CRISTO?


Anoche, en nuestra reunión de oración realizada por zoom con miembros de nuestra Iglesia Diestra de Justicia, nuestro pastor Pablo Enrique, nos recordó una verdad maravillosa en su exaltación de Jesús y Su obra. El nos dijo: “Hermanos, ¿estamos en crisis o estamos EN CRISTO?


Y recordé específicamente una de las tantas maravillosas promesas de nuestro Dios. Yo no tengo nunca crisis porque (...) AUNQUE ANDE EN VALLE DE SOMBRA DE MUERTE DIOS ESTÁ CONMIGO (...).

Valle de sombra de muerte significa profunda oscuridad En estos últimos 2 meses, se ha enquistado en la mente de muchas personas, un pensamiento que los llevó a un sentimiento de temor a la muerte, de temor a la quiebra, de temor a que falte el trabajo, a que falten los ingresos, a que falte la comida, en fin, a morir por el virus maldito que se regó por toda la humanidad. Y es ahí cuando los verdaderos creyentes en Cristo, debemos preguntarnos. ¿Estamos en crisis o estamos en CRISTO? Y si estamos en Cristo, debemos conocer, creer y aplicar Su palabra en nuestras vidas.

Salmo 23:4
Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tú vara y tu cayado me infundirán aliento.

Para el creyente habrá experiencias difíciles y oscuras, como las que estamos viviendo en esta cuarentena obligada, pero, aun así, no debemos temer, ni gritarle al mundo que estamos en crisis,  sino debemos confiar completamente en que saldremos de esta oscuridad momentánea y pasajera, pegados de la mano de Dios. ¿Por qué? Porque Dios ha prometido estar con nosotros siempre. ¿Será posible mayor seguridad o mayor razón para no temer? La Biblia nos repite a menudo: “No temas.” De hecho, nuestra Iglesia Cristiana Diestra de Justicia, se fundamenta en una de estas promesas de Dios. Isaías 41:10  No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

El diablo siempre proyecta una sombra miedosa sobre la vida de los humanos que no conocen ni tienen a Cristo en sus vidas, y por ello se sienten completamente indefensos cuando llega el momento de la tribulación y peor si ella conlleva amenaza de muerte física, como la actual, pues no tienen la esperanza de la salvación, resurrección y vida eterna. Estas personas sin la revelación del poder y del amor de Dios en nuestras vidas, pueden luchar con muchos otros enemigos -dolor, sufrimiento, enfermedad, daños. Pero, lamentablemente la fortaleza y el ánimo de esas personas sin Cristo, no pueden vencer a la muerte física. Todos debemos morir algún día, pero más rápido lo logran si dejan invadir el temor del diablo en sus corazones. No saben que Dios es amor y que en el amor (en Dios) NO HAY TEMOR:

En nuestro caso, los creyentes, la palabra final la tiene Cristo, quien ya venció al diablo y a sus manifestaciones o ataques, para darnos una vida eterna, y, por eso, nosotros no debemos tenerle miedo a esa sombra de muerte física con la que el diablo asusta a los no creyentes. Solo una persona puede caminar con nosotros a lo largo del valle sombrío de la muerte y hacernos pasar hasta el otro lado a salvo: el Dios de la vida, Jesús nuestro Pastor. La vida es incierta, y por eso debemos seguir a este Pastor que nos ofrece eterno descanso y gozo en nuestra verdadera vida eterna, a Su lado.

Aunque la muerte no hace acepción de personas, pues no respeta género, nacionalidad, ni siquiera edad, los creyentes sabemos que no es el deseo de Dios para nosotros, Sus hijos, y por esto la rechazamos y luchamos contra ese enemigo que se esconde en lo invisible, aunque también sabemos que, al final, es el Señor Dios mismo quien la vence por nosotros.

La vara y el cayado con el que nuestro buen Pastor nos infunde aliento mientas nos guía en nuestro camino terrenal, pueden ser dos diferentes instrumentos. El primero, con una maza se usaba en defensa o para protección de las ovejas; el segundo era para sostén o apoyo y para conducir (a veces con disciplina) a las ovejas. Dios sabe usar los instrumentos necesarios para dar seguridad a sus ovejas. Aun cuando los utilice para disciplinarnos y enderezarnos, es para nuestro bien y debe alentarnos, pues Dios nos ha dicho que al que Él ama, lo disciplina, pero también lo sostiene con la diestra de Su justicia. Y nunca deja a uno de sus justos, desamparado.

No estamos en crisis, ESTAMOS EN CRISTO. Créalo y vívalo.

Bendiciones
Pablo José.

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