LAS 7 COSAS QUE DIOS ABORRECE


La palabra nos dice claramente que nuestro Dios nos hizo a Su imagen y semejanza, con un espíritu, un alma y un cuerpo. Cada parte de Su ser, así como cada parte nuestra, tiene su propia manera de manifestarse. Y un aspecto muy importante de nuestro Dios son Sus sentimientos. Se contrista, siente (es) amor, le da ira, siente celos, siente aborrecimiento. Todo ello como una manifestación de Su ser, ante diversas actitudes que tenemos los humanos. Veamos algunos de esos sentimientos en Su palabra:


Amor y misericordia:
Jeremías 31:3; (…) Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia (…).
Alegría:
Salmos 18:19; (…) Me condujo a un lugar seguro; me rescató porque en mí se deleita (…).
Tristeza:
Efesios 4:30; (…) Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención (…).
Ira:
Ezequiel 7:8; (…) Ahora pronto derramaré mi furor sobre ti y descargaré mi ira contra ti; te juzgaré conforme a tus caminos y traeré sobre ti todas tus abominaciones (…)
Celos:
Éxodo 20:5; (…) No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen (…).
Aborrecimiento:
Deuteronomio 16:22; (…) ni te levantarás estatua, lo cual aborrece Jehová tu Dios (…).

Ahora bien, los hijos de Dios deberíamos amar lo bueno, lo justo, y detestar o aborrecer lo que es malo e injusto. Pero, lamentablemente existen muchas manifestaciones aberrantes y pecaminosas en la humanidad y por ello nuestro Padre quiso ser explícito y claro, en dejarnos escritas las 7 cosas que más aborrece de nuestro comportamiento. Veámoslo en Su palabra:

Proverbios 6:16-19; Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma:
1.     Los ojos altivos,
2.     la lengua mentirosa,
3.     Las manos derramadoras de sangre inocente,
4.     El corazón que maquina pensamientos inicuos,
5.     Los pies presurosos para correr al mal,
6.     El testigo falso que habla mentiras,
7.     Y el que siembra discordia entre hermanos.

Dios nos dejó dicho claramente que detesta estas cosas y nosotros, como Sus hijos, deberíamos incluirlas en la lista de cosas que aborrecemos. Debemos ser conscientes que nuestro Dios es la manifestación más pura del amor. EL es amor, pero también detesta. Dios es amor, pero experimenta un rechazo completo hacia estas 7 cosas, que son todas obras de la naturaleza humana pecaminosa.

A Dios no le afecta, como a los hombres (mujeres), la opinión pública. A Dios no le intimida ninguna palabra o manifestación nuestra, que si pueda ofender al ser humano. Dios no es cobarde ni político. Dios dijo que de ninguna manera tendría por inocente al culpable. Sus leyes son inviolables e inexorables. Por ello es muy importante que examinemos esta desagradable lista, que nos dejó establecida, para que le demos prioridad en meditarlas y erradicarlas de nuestra vida, si las tenemos manifiestas. Veámoslas una a una:

1. Los ojos altivos. Es el significado literal, los ojos altaneros. Es la actitud de una persona que se sobrevalora a sí misma y subestima a otras. Se trata del orgullo. Es ese pensamiento del corazón, es esa mirada que expresa que una persona se considera mejor que los demás. Es la primera cosa mencionada en esta lista. Y Dios la puso por delante del homicidio y la ebriedad. Dios detesta la mirada altiva.

2. La lengua mentirosa: En la Biblia se dice más acerca del uso y abuso de la lengua, que del abuso del alcohol. El abuso de la lengua es algo muy común en todas las razas y en todos los idiomas. En Salmos 116:11; David lo manifiesta muy claro: (…) Y dije en mi apresuramiento, todo hombre es mentiroso (…). Igualmente, en el Salmo 120:2, manifestó en oración al Padre: (…) Libra mi alma, Señor, del labio mentiroso, y de la lengua fraudulenta (…). Hoy sigue siendo cierto lo que dejó escrito David en los salmos a este respecto. Recordemos que la cosa más peligrosa hoy en este mundo es la lengua. Hay muchas personas que han sufrido el ataque por este medio de otras personas y es como si hubiesen sufrido un asesinato a su reputación. Así que Dios nos recuerda que debería estar más controlado el uso de nuestra lengua. Veamos las redes a diario. Es muy difícil no encontrar personas denigrando y/o malponiendo a alguien, generándole deshonra, y /o a mucha gente prestándose para retransmitir noticias u opiniones sin validarlas, las cuales fácilmente se demuestra posteriormente que eran falsas o manipuladas, pero ya el mal fue hecho.

3. Las manos derramadoras de sangre inocente: Un asesino es especialmente odioso e inaceptable ante Dios y ante los hombres. Dios dice que el asesino debe ser castigado porque arrebató a alguien algo que Dios dijo que era sagrado, la vida humana.


 4.   El corazón que maquina pensamientos inicuos: Todos los hombres y mujeres tenemos en mayor o menor medida, malos pensamientos. En Mateo 15:19 el Señor Jesús dijo: (…) Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, la inmoralidad sexual, los robos, los falsos testimonios, las blasfemias (…). Eso es un conjunto de pensamientos peligrosos que provienen del corazón humano. Por eso Dios mismo nos instruye que debemos guardar o proteger nuestro corazón. Proverbios 4:23; (…) sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida (…). Necesitamos ser limpiados de nuestros malos pensamientos.

 5.   Los pies presurosos para correr al mal: Debemos ser conscientes que es el corazón el que abre el camino que van a recorrer nuestros pies. Toda acción viene de nuestra mente, pero nace del corazón. El profeta Isaías dijo en el versículo 7 del capítulo 59: (…) Sus pies corren al mal, se apresuran para derramar la sangre inocente; sus pensamientos son pensamientos perversos; destrucción y quebrantamiento hay en sus caminos (…).

 6.      El testigo falso que habla mentiras: Hoy en día no es raro que la gente cometa perjurio. Parece ser uno de los pecados más comunes de nuestro tiempo. Y es algo que Dios aborrece.

 7.      El que siembra discordia entre hermanos: Existe una bienaventuranza, pronunciada por el Señor, que mira al problema desde el lado positivo. La encontramos en Mateo 5:9 y dice: (…) Bienaventurados los pacificadores, porque serán llamados hijos de Dios (…). Hoy en día encontramos muchas personas que están sembrando la discordia, y no necesariamente por temas políticos.  Los encontramos en nuestros vecinos, compañeros de trabajo, familiares cercanos y lejanos, y hasta en nuestras iglesias. El causar problemas entre los miembros de la familia o entre los hermanos en Cristo y entre sus colaboradores es algo que Dios aborrece.

Podemos concluir que esta lista de siete pecados es como un espejo. La miramos y nos avergonzamos, porque nos vemos reflejados nosotros mismos en algunas (ojalá no en todas) de esas manifestaciones.

Nuestro Padre desea que nos miremos en nuestro interior, en el espejo de esta palabra que nos recuerda hoy. Después de que usted y yo nos veamos tal como realmente somos, vayamos ante la presencia de Dios y confesemos estas cosas que a El tanto le desagradan, siendo honestos con El y pidiéndole que nos limpie y nos perdone, dándonos la fuerza para cambiar nuestros compartimentos a este respecto. Si queremos ser verdaderos amigos de Dios, no hagamos lo que El aborrece o detesta.

Bendiciones.

 

Pablo José

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