CORRAMOS CON PERSEVERANCIA NUESTRA CARRERA DE FE
Yo sigo con
problemas de falta de dominio propio y me dejo exasperar fácilmente. Es
doloroso y penoso, pero, no me puedo llenar de condenación y tampoco me debo justificar
pensando que ese estallido fue lógico y que yo tenía la razón, o buscar culpables
distintos a mí mismo. Por más palabra que sepa de memoria, lo que debo tener es,
al menos, revelación completa de UNA que me permita desde mi corazón, sujetar
esa espoleta que hace detonar la granada del mal genio, que termina afectando a
mi entorno.
Por eso el
Señor me mostró este tema, para que lo meditemos, aunque yo sigo siendo un
cristiano en construcción y no soy el mejor ejemplo. Cuando me siento a hacer estos mensajes, Dios me
habla a mí en primera instancia, para consolarme y alentarme a seguir dando la
batalla en mi corazón. Los
hijos de Dios estamos en este mundo corriendo una carrera de fe. Y tenemos las almas de los justos (que ya están en el cielo gozando de la
presencia de Dios), como espectadores, observando como la corremos. Yo me
imagino un gran estadio a donde deben llegar los corredores de una gran maratón,
llenos de mis familiares y amigos que ya durmieron en Cristo, viendo la llegada
de nosotros los justos, aplaudiéndonos y dándonos ánimo, para lograr llegar a
la meta. Todos mis seres queridos reunidos haciéndome barra. Veámoslo en la
palabra.
Hebreos
12:1; (…) Por eso, nosotros, teniendo a nuestro alrededor tantas personas que demostraron
su fe, dejemos a un lado todo lo que nos estorba y el
pecado que nos enreda, y corramos con fortaleza la carrera que tenemos
por delante (…).
Pero, para
correr nuestra carrera, primero nuestro Dios mandó a Su Santo Espíritu a este
mundo, para que los que lo recibamos de corazón, tengamos la fortaleza y las ganas
de empezar esa maratón de fe.
Filipenses
1:6; (…) Dios
empezó el buen trabajo en ustedes, y estoy seguro de que lo irá perfeccionando hasta el día en que Jesucristo vuelva (…).
No
importa con que estemos batallando hoy. Lo único cierto es que, si
tenemos comunión permanente de nuestro espíritu con el Santo Espíritu de Dios,
EL nos ayuda en esa carrera para no caer en las diversas batallas que damos a
diario, contra los ataques del maligno. Dios nos da el DOMINIO PROPIO para
sujetar y vencer nuestras emociones negativas, haciéndonos caminar en vitoria,
con una Fe sobrenatural que nos la da la confianza de que nuestro Dios está en
control de TODA nuestra vida. Recordemos el fruto que da nuestro espíritu
humano cuando es alimentado por el Espíritu Santo:
Gálatas
5:22-24; (…) En cambio,
el Espíritu de Dios nos hace amar a
los demás, estar siempre alegres y vivir
en paz con todos. Nos hace ser pacientes
y amables, y tratar bien a los demás, tener
confianza en Dios, ser humildes, y saber controlar nuestros malos deseos.
No hay ley que esté en contra de todo esto. Y los que somos de Jesucristo ya
hemos hecho morir en su cruz nuestro egoísmo y nuestros malos deseos (…).
Cuando
tenemos un problema, admitámosle al Espíritu Santo que necesitamos Su guía,
ayuda, asesoría, revelación para superarlo y luego
pidámosle a Dios Su AYUDA para vencerlo.
Jesucristo
venció a Satanás y nos dejó Su palabra
para recordarle cuando nos ataque, que ya está vencido y que esa
victoria sobre el yo la ejecuto y se le recuerdo en el nombre de Jesús, sea
cual sea el problema. Recordémoslo:
Lucas
10:19; (…) Yo les he
dado poder para que ni las serpientes ni los escorpiones les hagan daño, y para que derroten a Satanás, su enemigo
(…).
No
importa el mensajero, sino el mensaje de Dios. No convencemos los humanos, el
que convence es Dios a cada lector, por medio de la unción del Espíritu Santo.
Yo caigo, me levanto con arrepentimiento, transmito la palabra y le pido al Espíritu
Santo que Él se encargue de llegar a cada corazón. Debemos seguir corriendo nuestra carrera de fe.
Bendiciones
Pablo
José
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