SEA SABIO CON EL ENEMIGO
El diablo
NO puede devorar a quien quiera y menos a un hijo de Dios que tiene el sello
del Espíritu Santo para recordarle que somos hijos de Dios.
1 Pedro
5:8; (…) ¡Estén
alerta! Cuídense
de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como
un león rugiente, buscando a quién devorar (…).
Lo
que si hace es BUSCAR permanentemente (acechar) a un cristiano que le de
papaya.
La
forma como le damos a diablo oportunidad para atacarnos y destruirnos, es
perdiendo el BALANCE en nuestra vida.
Un
ejemplo: Comer de manera no adecuada, desequilibrada o incorrecta, por un largo
tiempo, y no hacer ejercicio, le puede dar oportunidad al diablo de traer enfermedades
a nuestra vida (diabetes, hipertensión, triglicéridos, colesterol, etc.)
Lo
primero que nos dice el médico es que, si queremos atacar y derrotar esos
síntomas, iniciemos una dieta estricta para BALANCEAR nuestros hábitos
alimenticios y un suave pero permanente programa de ejercicios, lo
cual garantizará la recuperación.
De
la misma manera, cuando abrimos la puerta al diablo por una desordenada o
desbalanceada vida espiritual (malos hábitos o conductas que nos separan de la
protección de Dios), debemos buscar el balance mediante la dieta alimenticia de
la PALABRA DE DIOS y el ejercicio espiritual de la ORACIÓN y MEDITACIÓN de la
misma, único camino para retirar al enemigo de nuestra puerta.
Juan 15:5; (…) El discípulo que se mantiene unido a mí, y con
quien yo me mantengo unido, es como una rama que da mucho fruto; pero si uno de ustedes se separa de mí, no
podrá hacer nada (…).
Y Dios nos recuerda siempre cual es la receta para
que el diablo huya de nuestras vidas, sin lograr desbalancearnos y hacernos caer.
Santiago 4:7 Por eso, obedezcan
a Dios. Háganle frente al diablo, y él huirá de ustedes.
Bendiciones
Pablo José
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