BÁSTATE MI GRACIA
Esta reflexión basada en la palabra de Dios, la hago pensando en la tribulación de mi familia directa (hermanos, cuñados, sobrinos) y en la enfermedad temporal de mi hermana “Betita” como yo le digo. Betita solo necesita la Gracia de Dios sobre su vida. Su poder se está perfeccionado en su actual debilidad física.
Y me
ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por
tanto, de buena gana me gloriaré
más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo
cual, por amor a
Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades,
en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy
fuerte.
Esta
revelación que el Espíritu Santo le dio al apóstol Pablo, va en contra de todo
lo que en nuestra carnalidad pensamos o hacemos cuando sufrimos alguna
penalidad o tribulación. ¿Es la debilidad mejor que la fortaleza?
¿Nos podemos jactar o gloriar de nuestros padecimientos? Pablo dice: “me gozo
en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias”.
Y que nos quiso decir nuestro Dios con: “mi poder se perfecciona en [tu] debilidad”.
Significa que, cuando atravesamos pruebas
en la vida que no somos capaces de solucionar con los recursos que tengamos, nos
debemos hacer dependientes de la fortaleza de Dios y no de la nuestra.
Cuando ponemos con humildad toda nuestra confianza en Dios para que nos arregle un problema, cuando lo solucione sabemos de una vez que solo Dios podía haberlo hecho. Hay problemas en nuestra vida que solamente Él puede solucionar, asuntos que solo Él puede cambiar, (como el caso de esta plaga maldita), de modo que nos vemos en situaciones de debilidad, desamparo e impotencia, cuando tratamos de arreglarlos en nuestras fuerzas y/o capacidades. En esos momentos, la fuerza que encontramos es el poder de Dios y no el nuestro. Si Dios soluciona esos problemas o le da el rumbo apropiado a esos asuntos, podemos estar seguros de que fue Él y no nosotros.
El sufrimiento es una oportunidad para que Dios muestre Su Gracia y poder en nuestras vidas. Debemos aceptar nuestra debilidad. Si aceptamos nuestro sufrimiento alabando a Dios y entregándonos en Su regazo, veremos la gracia y la fortaleza de Dios perfeccionarse en nuestra vida.
Bendiciones
Pablo José
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