PALABRAS
He podido comprobar en estos días de afectación directa del COVID en una de mis hermanas menores, que muchas personas (amigos míos y de todos mis hermanos) muy bien intencionados, nos dan mensajes de aliento y solidaridad cristiana, los cuales yo personalmente agradezco de corazón, porque nos animan y dan gozo, pero, lamentablemente algunos usan palabras de incredulidad y/o duda, y estoy convencido que lo hacen por desconocer la voluntad de Dios manifiesta en Su palabra.
Lo primero es que Dios si quiere que siempre estemos
sanos. Lo segundo es que uno declara la palabra de fe para rechazar la enfermedad
del cuerpo del afectado, usando la autoridad que nos dejó Jesús para usar su
nombre y después NUNCA más oramos por la salud, sino que nos debemos dedicar a
dar GRACIAS como si ya el Señor hubiera sanado el cuerpo del enfermo. Eso tan simple
lo debemos hacer para la sanidad. Pero pensemos como hablamos cuando tenemos una
crisis económica, un problema legal, una falta de empleo, etc.
Reina-Valera 1960
37 porque por tus palabras serás
justificado, y por tus palabras serás condenado.
Ø
Tienen
más importancia de lo que mucha gente se da cuenta.
Ø
Nos
hacen o nos deshacen.
Ø
Nos
sanan o nos enferman.
Ø
Nos
bendicen o nos maldicen.
Ø
Nos
destruyen o nos llenan de vida, salud y felicidad.
Ø
Que
hablamos ayer, nos hicieron nuestra vida de hoy.
Ø
Que
decimos en la mañana, permanecen con nosotros todo el día.
Ø
Ásperas
y cortantes, roban la bendición y eficiencia a quien las recibe.
Ø
Tiernas,
hermosas y amorosas, llenan de música y alegría con energía a quien las recibe.
Lamentablemente,
la mayoría de las personas, hablan:
ü
Temor
ü
Derrota
ü
Enfermedad
ü
Fracaso
ü
Duda.
ü
Odio.
ü
Celos.
ü
Envidia.
ü
Depresión.
El mundo sin Dios está
programado negativamente, para la muerte y no para vida y así nos expresamos.
Proverbios 12:18. Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; más la lengua de los sabios es medicina.
Nosotros somos el producto de las
PALABRAS que decimos.
Debemos RENOVAR nuestro entendimiento
como nos manda Dios en Su palabra que hagamos, empezando por nuestros
comentarios y palabras. Debemos acostúmbranos a hablar:
ü Salud
ü Vida
ü Éxito
ü Prosperidad
ü Bendición
ü Alegría
ü Victoria.
ü Abundancia
Recordemos entonces:
Ø
Las palabras que hablemos marcarán
nuestro destino y la ruta de nuestra vida.
Ø Nunca
lograremos nada mas allá o por encima de nuestras palabras.
Ø Nunca
tendremos mas de lo que nuestras palabras expresen.
Bendiciones
Pablo José
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