¿Por qué Dios permite pruebas y tribulaciones tan fuertes en nuestra vida?
Cuando llega a nuestra vida una tribulación tan dolorosa, como nos está pasando en estos momentos especialmente a mí y a mis hijos, hermanos, cuñados y sobrinos, por la ausencia física de mi hermana Betita, quien el miércoles pasado se nos adelantó para estar con su papá Dios, nos asaltan una serie de pensamientos para encontrar una respuesta al porqué Dios nos permite sufrir estas pruebas tan dolorosas. Y en mi caso particular, adicionalmente me duele escuchar o leer algunas manifestaciones, (bien intencionadas pero muy desenfocadas), de que “era la voluntad de Dios”, “que Dios se la llevó” y otras parecidas. Yo no puedo aceptar eso en mi corazón, porque Su palabra manifiesta que Él no quiere la enfermedad ni la muerte por esa causa, (como el COVID), en las vidas de Sus hijos. Al contario, Su voluntad es que tengamos salud y vida en abundancia.
3 Juan 1:2; (…) Amado, yo deseo que tú
seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como
prospera tu alma (…).
Juan 10:10; (…)
El ladrón solo viene para robar y matar y destruir; yo he venido para
que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (…).
1 Corintios
15:25-26; (…) Pues Cristo tiene que reinar hasta que humille a todos sus
enemigos debajo de sus pies. Y el último enemigo que será destruido es la
muerte (…).
Solamente con estas 3 citas bíblicas (existen muchas más del mismo
tenor) quiero ratificar 4 fundamentos básicos, a mi alma:
1. Dios desea la salud perfecta de Sus hijos.
2. Tenemos un enemigo, el diablo, que está rondando
a los hijos de Dios, para matarlos y destruirlos.
3. Jesús en Su ministerio terrenal y hoy en día
todavía, vino a derrotar la enfermedad y a darnos vida en abundancia.
4. La muerte es un enemigo de Dios y aun no ha sido
derrotada por Cristo.
Entonces, al conocer la perfecta voluntad de Dios en el tema de las enfermedades y tener claro que el diablo es el padre de las mismas, al meditar estos versículos recordé que papa Dios nos advirtió, que en este mundo tendríamos aflicciones y tribulaciones, pero que El estaría ahí para hacernos más llevaderas esas pruebas, las cuales, al final superaríamos de Su mano.
Juan 16:33; (…)
En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo (…).
Eso me ratificó que una de las partes más difíciles de la vida
cristiana, es el hecho de que ser un hijo de dios y discípulo de Cristo, no nos
hace inmune a las pruebas y las tribulaciones de la vida. La pregunta entonces
fue: ¿Por qué un Dios bueno y amoroso nos permitiría pasar por cosas tales como
la muerte de una hermana tan especial?
La loca de mi casa, mi mente, trata de divagar fugazmente al pensar que Él, con todo su poder y gloria, nos quitaría cualquier clase de sufrimiento, pues con una lógica de niño rico y mimado, tiende uno a creer que, después de todo, cualquier papá rico y poderoso en lo natural, y cuanto más nuestro papá celestial, el creador del universo, por ese amor infinito que le tiene a Sus hijos, ¿no significaría que Dios quiere que nuestras vidas sean fáciles y cómodas? No, no es así. La Biblia enseña claramente que Dios ama a aquellos que son Sus hijos, y “todas las cosas les ayudan a bien” (Romanos 8:28), lo cual nos debería significar entonces, que las pruebas y tribulaciones que Él permite en nuestras vidas, son parte de todas las cosas que nos ayudan a bien. Por lo tanto, debemos buscar en Su presencia, cual es el propósito para la familia Ramírez, de esta gran tribulación que tenemos, por la ida de Betita a tan temprana edad.
Entonces; ¿Para que estas pruebas?
Lo primero que debemos tener claro es que las tribulaciones y sufrimientos,
nos vienen por causa de ataques del enemigo Y en esos ataques que nos causan
tanto dolor, vemos que Dios las permite:
1.
Para poner aprueba nuestra Fe:
Como en todas las cosas, el propósito final de Dios es que seamos
transformados más y más a la imagen de Su Hijo (Romanos 8:29). Esta es la meta
del cristiano, y todo en la vida, incluyendo las pruebas y tribulaciones, está
diseñado para permitirnos alcanzar esa meta. Es parte del proceso de la
santificación, (apartamiento para Dios), siendo apartados para los propósitos
de Dios y equipados para vivir para Su gloria. Se explica la manera en que las
pruebas logran esto en:
1 Pedro 1:6-7:
“En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es
necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que
el oro, el cual, aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada
en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo”.
La fe del verdadero creyente se reforzará mediante las pruebas que experimentamos
para que podamos descansar en el conocimiento de que Dios y Jesús son reales y
van a durar para siempre.
2.
Para desarrollarnos el carácter
piadoso, y eso nos permite
“…[gloriarnos] en las
tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia,
prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de
Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue
dado” (Romanos 5:3-5).
Jesucristo fue el ejemplo perfecto. “Mas Dios muestra su amor para con
nosotros, en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos
5:8).
Estos versículos revelan aspectos de Su propósito divino tanto para las
pruebas y tribulaciones de Jesucristo como por las nuestras. El perseverar
comprueba nuestra fe.
"Todo lo
puedo en Cristo que me fortalece" (Filipenses 4:13).
3.
Para entender que las pruebas y
tribulaciones vienen con un propósito y una recompensa.
“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os
halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce
paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y
cabales, sin que os falte cosa alguna… Bienaventurado el varón que soporta la
tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de
vida, que Dios ha prometido a los que le aman"(Santiago 1:2-4,12).
4.
Para entender que, a través de todas las
pruebas y tribulaciones de la vida, tenemos la victoria.
“Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da
la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo” (1 Corintios 15:57).
Aunque estamos en una batalla espiritual, Satanás no tiene autoridad
sobre el creyente en Cristo. Dios nos ha dado Su Palabra para guiarnos, Su
Espíritu Santo para fortalecernos, y el privilegio de venir a Él en
cualquier lugar y en cualquier momento, a orar por todo.
Él también nos ha asegurado que no habrá tentación que nos pondrá a
prueba más allá de nuestra capacidad para resistir, y además “dará
también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar” (1
Corintios 10:13)
Yo he soportado muchas tribulaciones y persecuciones y Dios me ha demostrado Su amor y fidelidad, cumpliendo siempre en mí Su palabra de que siempre está conmigo y siempre me sustentará con Su diestra de justicia. He visto milagros en mi vida. Se que Su palabra nunca falla. He visto a prueba mi fe, nunca por cosas negativas que El me mandé para ello, pues estoy más que convencido que Dios nunca tienta a nadie. Por eso, estoy convencido que cuando estamos pasando por pruebas como eta de la muerte física de mi hermana Betita, solo tengo dos opciones:
ü
Quedarme inmerso en el dolor quejándome y
llorando.
ü
Entregar esta prueba a Dios y pedirle fortaleza
para superarla.
Superar pruebas como esta, requiere fe, paciencia y valor. Es la única solución. Cuando se nos presenta una situación muy complicada y angustiosa, debemos buscar de inmediato la presencia de Dios por medio de oración, alabanza, estudio y meditación de lo que dice Su palabra para esa tribulación, que siempre será MOMENTÁNEA o PASAJERA.
2 corintios
4:17-18; (…) Lo que sufrimos en esta
vida es cosa ligera, que pronto pasa; pero nos trae como resultado una gloria
eterna mucho más grande y abundante. Porque no nos fijamos en lo que se ve,
sino en lo que no se ve, ya que las cosas que se ven son pasajeras, pero las
que no se ven son eternas (…)
Cuando no vemos soluciones a la vista para nuestros problemas, debemos encontrar refugio en el señor Jesús. Esperamos confiados en el poder del Espíritu Santo, quien es nuestro ayudador y consolador. Solo Él puede reconfortarnos en las tribulaciones. Es en la presencia del Padre, cuando entramos en oración a ponernos de rodillas ante el Trono de Su gracia, cuando encontramos consuelo y oportuno socorro para superar esa prueba.
Hebreos 4:16;
(…) Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar
misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro (...)
Ante esta prueba que estamos atravesando los Ramírez hoy, podemos orar
así:
“Padre amado, vengo a postrarme ante el trono de Su
gracia para pedirle socorro en esta prueba que usted sabe que estoy afrontando.
También usted sabe la forma como me voy a librar de ella. Por ello, se la
entrego, rogándole que, al superarla, me afiance, perfeccione y fortalezca más
en mi Fe, en el Nombre de Jesús. Amén”.
Bendiciones y un abrazo a mi familia.
Pablo José
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