SEA SOLO DIOS VERÁZ. A PROPÓSITO DE ERRORES DOCTRINALES EN ASUNTOS DE DIOS Y SU PALABRA
A propósito del manejo que le podemos o debemos dar a las cenizas de un familiar, cuando lo cremamos, ayer conocí por primera vez, la postura que al respecto, en el año 2015, tomó la Iglesia Católica, la cual transcribo:
(…) La Iglesia católica considera permisible la cremación de los restos humanos, pero pide que se mantengan en un lugar de oración y no en casa. Las cenizas de los difuntos católicos no se pueden esparcir, ni dividir, ni mantener en casa. Tampoco se pueden crear joyas a partir de ellas. "La Iglesia recomienda insistentemente que los cuerpos de los difuntos sean sepultados en cementerios u otros lugares sagrados".
Estas
son parte de las nuevas instrucciones que la Congregación para la Doctrina de
la Fe, el órgano del Vaticano que se encarga de regir sobre la doctrina
católica, publicó este martes con aprobación del papa Francisco. La Iglesia no
se opone a la cremación por razones "higiénicas, económicas o
sociales", pero el nuevo documento marca el cambio más grande a su
instrucción Piam et constantem de 1963, cuando las cremaciones fueron
autorizadas por primera vez (…).
Inmediatamente medité sobre lo que dice Dios y encontré en Su palabra, que polvo somos y que AL POLVO (tierra) volveremos.
Genesis
3:19; (…) Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que
vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste tomado. Porque polvo eres y al polvo
volverás (…).
O sea que ¿las cenizas se pueden sembrar (enterrar, devolver) en la tierra, para darle vida a un árbol? Según el papa y su doctrina de hombres, no. Según Dios SI. Encontré como incoherente el asunto, pues el cuerpo físico si aceptan que se puede enterrar, pero CUIDADO, las cenizas no.
Por este concepto que plantea la Iglesia Católica, que yo considero apartado de lo que dice la palabra de Dios, están induciendo a los católicos a seguir TRADICIONES, NORMAS de hombres y, por ello, me siento compelido en mi espíritu, a empezar a compartir una serie de escritos diarios cortos, para que nos cuestionemos íntimamente, sobre la forma como debemos manejar nuestra vida y nuestra relación con Dios. El titulo lo dice todo. La pregunta es: ¿Estamos dispuestos a hacerle caso a Dios, a Su palabra, para ser de verdad Sus hijos o estamos dispuestos a seguir las tradiciones y desvíos teológicos en que incurrieron y siguen incurriendo los hombres que conforman la jerarquía de la Iglesia católica?
(…)
El Papa no quiere hacer distinciones "entre creyentes y no
creyentes". Todos somos humanos y como hombres estamos todos en el mismo
barco. Y ninguna cosa humana debe ser ajena a un cristiano. Aquí lloramos
porque sufrimos. Todos. Tenemos en común la humanidad y el sufrimiento. Nos
ayuda la sinergia, la colaboración recíproca, el sentido de la responsabilidad
y el espíritu de sacrificio que se genera en tantos lugares. No debemos
hacer una diferencia entre creyentes y no creyentes, vayamos a la raíz: la humanidad.
Ante Dios todos somos hijos (…)..
Juan 1:12; (…) Pero
a todos los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio derecho de
ser hechos hijos de Dios (…).
Romanos 8.14; (…) Porque
todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios".
Juan 1.12; (…) Mas
a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad
de ser hechos hijos de Dios (…)
Gálatas 3:26, (…) Todos
vosotros sois hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús (…).
Efesios 1:5; (…) nos
predestinó para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, según
el buen propósito de su voluntad (…).,
Los hijos de Dios, según la palabra de Dios, somos
aquellos que:
a)
Recibimos a
Cristo en nuestro corazón y creemos en Su nombre.
b)
Tenemos fe en
Cristo Jesús y lo reconocemos como hijo de Dios.
c)
Somos guiados
en nuestro interior por el Espíritu Santo.
d)
Obedecemos Su
palabra.
Aquellos que tienen una vida guiada por Su
Espíritu, son hijos de Dios. Jesús dijo que el Espíritu Santo nos enseñaría
todas las cosas concernientes a Él en su Palabra, que es la Biblia (Juan
14.26). Por lo tanto, una persona que no se guía por la Biblia en su estilo de
vida, espiritualidad, fe y moral, no puede dar señal de que es un verdadero
hijo/a de Dios. El Espíritu Santo pone en nosotros el deseo de obedecer su
Palabra y esa Palabra nos limpia. Jesús dijo: "Ya vosotros estáis limpios
por medio de la palabra que os he dado" (Juan 15.3). ¿Cómo podemos decir
ser hijos de Dios si la Biblia es clara en que los verdaderos hijos se guían
por su Palabra y no lo hacemos, ni la leemos, ni la conocemos?
Juan 8:44; (…) Vosotros
sois de vuestro padre, el diablo, cuyos deseos queréis cumplir (…)
Entonces:
A quien le creemos, ¿a un hombre con errores doctrinales y teorías o
normas y cánones personales? O a Dios y a Jesús en Su palabra.
Una
cosa distinta es que toda la creación la hizo Dios, pero no debemos dejarnos
confundir con que TODOS somos hijos de Dios. Existe una diferencia entre
creación de Dios y ser hijos de Dios, pero dejaremos que la misma palabra de Dios
nos responda.
CREACIÓN
DE DIOS:
Juan
1:3; (…) Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha
sido hecho, fue hecho (…).
El
texto es claro y enseña que todo fue creado por Dios, es decir todos somos creación
de Dios pero el texto bíblico jamás dice que todos somos sus hijos, de
hecho versículos más adelante responde a esto.
HIJOS
DE DIOS:
Juan
1:12; (…) Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre,
les dio potestad de ser hechos hijos de Dios (…).
Mas
claro no se puede, la misma Biblia dice que solo los que reciben a Cristo y
creen en Él, tienen la potestad de ser hechos hijos de Dios ¿qué significa
recibir a Cristo y creer? ¿acaso es solo decir creo en Dios y ya? por supuesto
que no. Observe que es la verdadera fe en las escrituras, como lo demostramos
antes.
Catolicismo: Doctrina
religiosa cristiana que tiene como jefe espiritual al Papa de Roma; se
caracteriza por seguir una disciplina, un ritual y un canon tradicional.
Cristianismo
protestante: La Biblia es la única autoridad en materia de fe para la
Iglesia. Solo por la gracia de Dios hacia el hombre, y solo por la fe en Cristo
y el Evangelio, el hombre(mujer) puede ser salvado por Dios, en un acto de
conversión interior. El protestante cree en la
autoridad suprema de la Biblia (la palabra de Dios) por encima de la Sagrada
Tradición, rituales o cánones, hechos por los hombres.
Aclaración final: Estos escritos fundamentados en la palabra de Dios, que empiezo desde hoy a compartir públicamente, no persiguen ofender a ningún católico. Nunca debe uno usar la palabra de Dios para crear contiendas ni divisiones. Lo que persigo es cumplir con denuedo el mandato que Dios me dio, de predicar SU palabra en todo el mundo, SIN AVERGOZRME por ello, sino explicándola CORRECTAMENTE; sin desvíos doctrinales, para que le gente la conozca PURA y pueda ser redargüido por el Santo Espíritu de Dios y obrar en consecuencia.
2
Timoteo 2:15; (…) Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como
obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza bien
la palabra de verdad (…).
Y a los jerarcas de la Iglesia Católica, que siguen e imponen RITOS, NORMAS y TRADICIONES de hombres, y que por ello no están trazando bien la palabra de Dios, les recuerdo esta palabra, que al meditarla, me recalca en mi espíritu que no debemos ser LIGEROS con la enseñanza de la palabra y con la doctrina de Cristo:
Santiago
3:1; (…) Hermanos míos, no pretendáis muchos de vosotros ser
maestros, pues, como sabéis, seremos juzgados
con más severidad (…).
Pablo
José
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