DEPRESIÓN
POR CAUSA DEL COVID
En estos tiempos de encerramiento
y temor por el contagio, he conocido algunos casos de depresión por la
situación económica, la reducción de los salarios y algunas pérdidas de empleo,
pero, primordialmente he notado mucho temor a contagiarse o a contagiar a los
seres que amamos y con los cuales convivimos. Igualmente me da rabia,
impotencia y tristeza, el pensar en toda esa gente que vive del rebusque y de
trabajos informales, como las ventas callejeras y los servicios personales
independientes, personas que ya completan mucho tiempo sin ingresos y que no
pueden cubrir los gastos básicos de sus hogares. También están en crisis los
servicios fórmales como locales en centros comerciales, restaurantes, pero,
peor aún, las Iglesias, porque la gente dejó de congregarse. Es fácil que el
diablo los ataque en su mente y los llene de sentimientos de temor, angustia y
depresión, los cuales, si no se tiene la fortaleza interior suficiente, pueden
llevarlos a desenlaces delicados y a separarse de la congregación que alaban
juntos a nuestro Dios, objetivo muy importante para el diablo. En muchos casos,
estas situaciones ha traído depresión.
Por eso hoy quiero recordarles la
palabra de Dios relacionada con la Depresión y como la superamos los creyentes.
ü Viene
de DEPRESSIO, que a su vez procede de DEPRESSUS que indica “abatido” o
“derribado”.
ü Enfermedad
o trastorno mental que se caracteriza por una profunda
tristeza, decaimiento anímico, baja autoestima, pérdida de interés por todo
y disminución de las funciones psíquicas.
ü Trastorno
debilitante y continuo que interfiere con las actividades cotidianas de la
persona.
ü Trastorno emocional que hace que la persona se sienta triste y
desganada, experimentando un malestar interior y dificultando sus
interacciones con el entorno.
ü Se
manifiesta a partir de una serie de síntomas que incluyen cambios bruscos del
humor, irritabilidad, falta de entusiasmo y una sensación de congoja o angustia
que trasciende a lo que se considera como normal.
ü Durante
la depresión, lo habitual es que se produzca una combinación entre un elevado
nivel de estrés y la persistencia de algunas emociones negativas.
ü Según
la definición clínica de esta patología, la depresión es un trastorno en el
estado de ánimo donde aparecen sentimientos de dolor profundo, ira, frustración
y soledad e impiden que la persona continúe con su vida ordinaria de forma
normal durante un tiempo prolongado.
Ø Un
estado anímico altamente irritable;
Ø Desmotivación
para hacer las actividades habituales;
Ø Insomnio
o dificultad para dormir;
Ø Aumento
o disminución brusca del apetito;
Ø Estrés,
cansancio y sentimientos autodestructivos y de culpa;
Ø Sensaciones
de soledad absoluta y desesperanza;
Ø Pensamientos
suicidas.
Ø Disminución
de los sentimientos de autoestima, lo que desencadena otras complicaciones como
problemas en la interacción social.
Ø Depresión
posparto (luego de dar a luz algunas mujeres caen en un pozo profundo de
amargura y tristeza).
Ø Trastorno
disfórico premenstrual (los síntomas aparecen una semana antes de la
menstruación y se diluyen una vez que se ha terminado);
Ø Trastorno
afectivo estacional (aparece durante las estaciones de frío y se considera que
es causada por la ausencia de luz solar. Podría ser la razón por la que algunas
ciudades donde rara vez sale el sol hay tantos casos de suicidios y adicciones
por causas de angustia).
Ø Trastorno
bipolar (si bien no se considera que sea exactamente un trastorno depresivo, se
cree que sus causas pueden ser semejantes).
Ø Causas
genéticas (trasmitida de padres a hijos o por experiencias traumáticas durante
la infancia que hayan sido mal canalizadas).
Ø Adicciones
(alcoholismo, cierta drogadicción),
Ø Determinados
tratamientos médicos (cáncer, insomnio, esteroides, hipotiroidismo).
Ø Situaciones
donde se viva un alto nivel de estrés (maltratos, separaciones, enfermedad o
muerte de un ser querido, fracaso escolar, pérdida de empleo), entre otros.
Aislamiento social hasta la
imposibilidad de cumplir con las tareas laborales, llegando incluso hasta el
suicidio. Es frecuente que la persona niegue su problema o que no acepte
recibir ayuda.
Se debe identificar muy bien
cuáles son las causas que la provocaron y qué manifestaciones tiene en el
enfermo. En ocasiones la depresión puede ser un desorden que necesita ser
tratado con medicamentos y/o consejería.
Ø Se debe contar con un comportamiento activo del paciente.
Ø Suele incluir sesiones de terapia con un psicólogo o psiquiatra.
Ø Se puede sugerir el suministro de fármacos con acción
antidepresiva. (según el caso).
Ø En todos los casos se recomienda que las personas con esos
síntomas se acerquen a un especialista antes de que la enfermedad se vuelva
crónica.
Ø Se recomienda que se duerma adecuadamente, se lleve una
alimentación nutritiva y se realicen ejercicios diarios, se eviten los consumos
de alcohol y drogas, y sobre todo, que se pase tiempo rodeado de personas a
quienes se quiera y realizando actividades que produzcan satisfacción.
ü Los síntomas de la depresión no siempre pueden ser aliviados
por voluntad propia.
ü La depresión no siempre es causada por el pecado.
ü Algunos siervos de Dios tuvieron emociones negativas
(depresiones). Por ejemplo:
Ø Ana se sintió “amargada de alma”, expresión que también se ha
traducido por “muy angustiada”
1 Samuel 1:10; (…) Ana, con una
profunda angustia, lloraba amargamente mientras oraba al Señor (…).
Ø El profeta Elías se angustió tanto que le pidió a Dios que le
quitara la vida.
1
Reyes 19:4; (…) Luego siguió solo todo el día hasta llegar al desierto. Se
sentó bajo un solitario árbol de retama y pidió morirse: «Basta ya,
Señor; quítame la vida, porque no soy mejor que mis antepasados que ya
murieron (…)
ü Los cristianos del siglo primero recibieron la exhortación de
confortar a las almas abatidas.
1 tesalonicenses 5:14; (…) Hermanos, les
rogamos que amonesten a los perezosos. Alienten a los tímidos. Cuiden
con ternura a los débiles. Sean pacientes con todos (…).
La expresión “almas abatidas” puede referirse a “aquellos que
pasan por períodos de agobio debido a los problemas de la vida”. Está claro que
hasta algunos siervos fieles de Dios llegaron a sentirse deprimidos.
ü Dios nos indica que “toda la creación sigue gimiendo”.
Romanos 8:22; (…) Pues sabemos que,
hasta el día de hoy, toda la creación gime de angustia como si tuviera
dolores de parto (…).
ü Hay que reconocer que no siempre podemos controlar nuestras
circunstancias y que nos van a pasar cosas malas.
Eclesiastés 9:12; (…) Porque el hombre
tampoco conoce su tiempo: como peces atrapados en la red traicionera, y como
aves apresadas en la trampa, así son atrapados los hijos de los hombres en
el tiempo malo cuando éste cae de repente sobre ellos (…).
Ø La depresión puede mejorar a través de los dones de Dios en
la oración, estudios bíblicos y su aplicación, grupos de
soporte, grupos en casas, compañerismo con otros creyentes, confesión, perdón y
consejería.
Ø Debemos hacer un esfuerzo consciente para no estar absortos
en nosotros mismos, sino más bien dirigir nuestros esfuerzos al exterior.
Ø Los sentimientos de depresión con frecuencia pueden
resolverse cuando el que sufre quita la atención de sí mismo y la pone en
Cristo y los demás.
Ø Quien sufra de depresión debe asegurarse de estar firme en
la Palabra, aun cuando no sienta deseos de hacerlo.
Ø Las emociones pueden confundirnos, pero la Palabra de Dios permanece firme e inmutable.
Ø Debemos mantener firme también nuestra fe en Dios, y acercarnos
aún más a Él cuando pasemos por tribulaciones y tentaciones.
Ø Aunque el estar deprimido no es pecado, el cristiano sí es
responsable de la manera cómo responda a la aflicción, incluyendo el
obtener la ayuda profesional y/o consejería espiritual que necesite.
Ø La oración no es una simple muleta psicológica. Dios “está
cerca de los que están quebrantados de corazón”, y cuando una persona le
ora, realmente se está comunicando con él y le responde.
Ø Dios nos ofrece una esperanza que no nos puede ofrecer ningún
médico: la de vivir en un nuevo mundo pacífico sin
depresión ni ningún otro tipo de trastorno o enfermedad
·
Siempre podemos tomar medidas, buscando la
palabra de Dios para que los pensamientos y sentimientos negativos no nos
controlen.
·
Dios es capaz de curar cualquier enfermedad o
desorden físico o mental que nos ataque.
·
La Biblia nos dice que estemos llenos de gozo y
alabanza. Dios propone que vivamos vidas con gozo.
·
La Biblia nos dice que Dios nunca permitirá en
nuestras vidas, aquellas tentaciones que estén más allá de nuestra capacidad
para manejarlas
·
La Biblia también destaca el valor de la oración.
Apocalipsis 21:4; (…) Secará todas las lágrimas de ellos, y ya no
habrá muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor; porque todo lo que antes
existía ha dejado de existir (…).
Filipenses 4:7; (…) Y la paz de Dios,
que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús (…).
Efesios 4:22-23;
(…) En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos
del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos
en el espíritu de vuestra mente (…).
Salmos 34:18; (…) Jehová está cerca de los que están quebrantados de corazón; y
salva a los que están aplastados en espíritu (…).”
Filipenses 4:4; (…) Alégrense siempre en el Señor. Repito: ¡Alégrense!
(…)
Romanos 15:11; (…) Naciones y pueblos todos, ¡alaben al
Señor!
1 corintios 10:13; (…) Ustedes no
han pasado por ninguna prueba que no sea humanamente soportable. Y pueden
ustedes confiar en Dios, que no los dejará sufrir pruebas más duras de lo
que pueden soportar. Por el contrario, cuando llegue la prueba, Dios les
dará también la manera de salir de ella, para que puedan soportarla (…).
Salmo 55:22; (…) Arroja tu carga sobre Jehová mismo, y él mismo te sustentará. Nunca permitirá que tambalee el justo (…).
ALGUNOS VERSÍCULOS BÍBLICOS PARA MEDITAR Y TRATAR LA DEPRESIÓN
Filipenses 4:8
Por lo demás,
hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro,
todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece
elogio, en esto meditad.
Deuteronomio 31:8
El Señor mismo
irá delante de ti, y estará contigo; no te abandonará ni te desamparará;
por lo tanto, no tengas miedo ni te acobardes
Salmos 40:1-3
Puse mi esperanza
en el Señor, y él se inclinó para escuchar mis gritos; me salvó de la fosa
mortal, me libró de hundirme en el pantano. Afirmó mis pies sobre una roca; dio
firmeza a mis pisadas.
Salmos 3:3
Pero tú, Señor,
eres mi escudo protector, eres mi gloria, eres quien me reanima.
Salmos 42:11
¿Por qué voy a
desanimarme? ¿Por qué voy a estar preocupado? Mi esperanza he puesto en Dios, a
quien todavía seguiré alabando. ¡Él es mi Dios y Salvador!
1 Pedro 5:7
Dejen todas sus
preocupaciones a Dios, porque él se interesa por ustedes.
Juan 16:33
Les digo todo
esto para que encuentren paz en su unión conmigo. En el mundo, ustedes habrán
de sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo.
Romanos 8:38-39
Estoy convencido
de que nada podrá separarnos del amor de Dios: ni la muerte, ni la vida, ni los
ángeles, ni los poderes y fuerzas espirituales, ni lo presente, ni lo futuro,
39 ni lo más alto, ni lo más profundo, ni ninguna otra de las cosas creadas por
Dios. ¡Nada podrá separarnos del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús
nuestro Señor!
2 Corintios 1:3-4
Alabado sea el
Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, pues él es el Padre que nos tiene
compasión y el Dios que siempre nos consuela. 4 Él nos consuela en todos
nuestros sufrimientos, para que nosotros podamos consolar también a los que
sufren, dándoles el mismo consuelo que él nos ha dado a nosotros.
1 Pedro 4:12-13
Queridos
hermanos, no se extrañen de verse sometidos al fuego de la prueba, como si
fuera algo extraordinario. Al contrario, alégrense de tener parte en los
sufrimientos de Cristo, para que también se llenen de alegría cuando su gloria
se manifieste.
Salmos 37: 23-24
El Señor dirige
los pasos del hombre y lo pone en el camino que a él le agrada; aun cuando
caiga, no quedará caído, porque el Señor lo tiene de la mano.
Isaías 41:10
No tengas miedo, pues yo estoy contigo; no temas, pues yo soy tu Dios. Yo te doy fuerzas, yo te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa.
CONCLUSIÓN: Para el creyente en Jesucristo y Su obra redentora en la cruz, los sentimientos depresivos los eliminamos renovando nuestra mente con la palabra de Dios, para que cuando el enemigo nos ataque con pensamientos negativos; meditemos de inmediato en lo que nos dejó dicho nuestro Padre en Su palabra, repitiéndonos y creyendo de corazón los anteriores versículos, para lograr la paz que sobrepasa todo nuestro entendimiento humano.
CRISTO ES
NUESTRA PAZ
Bendiciones
Pablo José
Muy buena meditación y muy oportuna para estos tiempos. de la mano de Dios podemos superar cualquier agobio que sufra nuestra alma y nuestro espíritu. Alabado sea Dios!
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