¿POR QUÉ DEBEMOS ESTUDIAR, DIGERIR E INTERIORIZAR EN NUESTRA MENTE LA PALABRA DE DIOS?




En Santiago 1: 12-15, nuestro Dios nos recuerda:

(…) 12 Dichoso quien resiste la prueba pues, una vez acrisolado, recibirá como corona la vida que el Señor ha prometido a quienes lo aman. 13 Nadie acosado por la tentación tiene derecho a decir: “Es Dios quien me pone en trance de caer”. Dios está fuera del alcance del mal, y él tampoco instiga a nadie al mal. 14 Cada uno es puesto a prueba por su propia pasión desordenada, que lo arrastra y lo seduce. 15 Semejante pasión concibe y da a luz al pecado; y este, una vez cometido, origina la muerte (…).

Cuando estemos afrontando una pruebe en cualquier área de nuestra vida, solo debemos recordar que Dios está con nosotros y nos fortalece, apoya y consuela, así no lo veamos ni sintamos físicamente.

Lo primero que tenemos que tener claro es que esa tribulación o prueba que afrontemos, NUNCA es enviada por Dios y menos que con eso Él quiere probarnos nada. De El solo nos llegan cosas buenas pues Dios es BUENO todo el tiempo.

Recordemos que tenemos un cuerpo que es guiado por nuestros sentimientos y emociones las cuales están en nuestra alma. Tenemos un pensamiento y si le paramos bolas se vuelve una acción. Y ahí, en la mente (alma) es donde tenemos que dar día a día la batalla de fe los cristianos.  Hay que dominar a la loca de la casa que es el alma, la mente, pues, si no lo hacemos o controlamos, y ejecutamos con nuestro cuerpo (acción) todo lo que pensamos así sea pecaminoso y malo, perdemos el año. Así se da a luz o se concibe el pecado. Por una acción ejecutada después de un pensamiento.

¿Y cómo controlamos los pensamientos ara no ejecutar lo que sea malo o pecaminoso? Dios mismo nos responde clarito esa inquietud. Veámoslo:

Romanos 12:2; (…) No se amolden a los criterios de este mundo; al contrario, déjense transformar y renueven su mente en su interior de tal manera que sepan apreciar lo que Dios quiere, es decir, lo bueno, lo que le es grato, lo perfecto (…).

Solo es RENOVAR nuestra mete cambiando los pensamientos del mundo por los pensamientos de Dios. Esto solo se logra estudiando la palabra de Dios para que quede inicialmente en nuestra mente y luego, si meditamos lo que nos dice, logremos bajarla y guardarla en nuestro corazón para tenerla lista y usarla cuando venga la tentación o la prueba.

Un ejemplo:

Me siento incapaz, me da temor hacer algo, como ir a una entrevista, aplicar para un empleo. Presentar una prueba, etc.

Si pienso que no soy capaz o no soy el adecuado o indicado, rechazo ese pensamiento y lo cambio por lo que Dios me recuerda en Su palabra, como es, TODO lo puedo en Cristo que me fortalece.

Por ello es vital que hagamos crecer la parte más importante de nuestro verdadero ser, el espíritu, alimentándolo con la palabra de Dios, de manera que el espíritu ESTÉ SIEMPRE por encima de los deseos de la carne, al lograr dominar la mente con los pensamientos de Cristo.

Bendiciones.

Pablo José

 

 

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