LOS CRISTIANOS TENEMOS UNA
RESPONSABILIDAD IMPORTANTE
La responsabilidad del Cristiano no
termina con la obediencia a la autoridad de gobierno sobre él. El apóstol Pablo
nos dice que oremos por aquellos con autoridad e incluye una razón especifica
en la instrucción. El declara, “EXHORTO ante todo, a que se hagan
rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres;
por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y
reposadamente en toda piedad y honestidad” (I Timoteo 2:1-2).
Si los tiempos de persecución y
dificultades en la sociedad empeoran como ahora, entonces es más difícil
dirigir una vida de paz, piedad y honestidad. Las oraciones por aquellos en
autoridad (como nuestro Presidente), pueden causar que Dios le de alivio a
los que estamos tratando de obedecerlo. Es importante que nunca nos
olvidemos de nuestra responsabilidad en este caso.
Cristo dijo que los Cristianos debían ser la “luz del mundo” y la “sal de la tierra” (Mateo 5:13-16). Tienen que siempre brillar como ejemplos excepcionales a todo el mundo. Esto incluye una voluntaria y humilde alegría de obedecer todos los gobiernos civiles donde ellos se encuentran viviendo.
Cuando la persecución llegue por resultado de obedecer los mandamientos de Dios, el apóstol Pedro enseña, “Si sois desaprobados por el Nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros Él es glorificado” (I Pedro 4:14). Sin embargo, él apóstol hace una clara distinción entre sufrir por el Nombre de Jesucristo o sufrir por ser violador de la ley. El próximo versículo continua, “Así que, ninguno de ustedes padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno” (versículo 15).
Normalmente la mayoría de las personas que están en la cárcel o en prisión, o que han salido de una de ellas, no piensan ni admiten que son culpables del crimen que los llevó detrás de las rejas. Ellos casi siempre se ven como las víctimas de alguien, o de alguna cosa. Lo vemos seguido en estos tiempos de desórdenes donde se infiltra el vandalismo. Vemos en estos tiempos a algunas personas, rompiendo las leyes de los hombres (y algunas veces la ley o leyes de Dios a la misma vez), que cuando los detienen, se proclaman como la victima de injusticias, del sistema de gobierno, de traiciones, de la policía, de malos abogados, de incriminación, tensión, depresión, drogas, alcohol, medicaciones, enfermedad, racismo, circunstancias como LA POBREZA, una mala niñez, hogares quebrantados, estaba en el lugar equivocado en una hora equivocada, etc. Raramente se encuentran personas que no crean que su crimen era la culpa de “alguna otra persona o situación.” Es casi imposible poderle hacer ver a estas personas sus propias culpabilidades. Y desafortunadamente, como la mayoría de las personas siempre se van hacia el lado del desvalido, entonces estas personas casi siempre pueden convencer a otros a creer que ellos son las víctimas, los pobrecitos atropellados.
Jesús nos dijo que una de las señales de que estaríamos al final de la era o en los últimos tiempos (Mateo 24:3) seria que la “iniquidad [desorden] estaría en abundancia.” Ciertamente es fácil ver por los sucesos mundiales, que hemos entrado en ese tiempo.
Vivimos en una era de exaltación a los “anti-heroes,” cuando los violadores de la ley son vistos como virtuosos, o como personas de coraje. Las personas sin Cristo frecuentemente ven a estos como los “Robin Hoods” de estos días modernos. La verdad es que el famoso Robin Hood cometía crímenes en orden de darle a los pobres. La recomendación es que no vaya usted a caer en esto, ¡ni en su propio pensamiento ni en lo que piensan otros!
Sométase usted a las ordenanzas de los
hombres como si usted estuviera directamente obedeciendo a Dios mismo—porque
eso es exactamente lo que usted está haciendo cuando usted obedece las leyes de
los hombres.
No rompa las leyes de los hombres y después afirme que en alguna forma le está sirviendo a Dios (Juan 16:2). No se deje engañar por razonamientos humanos y pensar ¡que desafiarlos con violencia, injurias, incitación a desórdenes y vandalismo, no tiene nada malo! Dios ordena que tenemos que mantener las leyes de los hombres a no ser que interfieran directamente o indirectamente con Sus leyes. (Caso notario que se abstiene de legalizar un matrimonio gay, por motivos de conciencia, sin importarle sus consecuencias legales.).
Romanos 13…dice, “Sométase toda persona a las autoridades superiores. Porque no hay autoridad sino de parte de Dios.”
Analicemos esto: ‘NO hay autoridad sino
de parte de Dios.’
Efesios nos dice que ‘no tenemos lucha
contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los
gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de
maldad en las regiones celestes.’ (Efe. 6:12).
Ahora nosotros no tenemos que
primordialmente luchar contra estos espíritus malos (Satanás y sus demonios)
directamente, porque ellos son espíritus e invisibles a los ojos humanos. Pero
ellos TRANSMITEN, influencian, y dirigen las maldades espirituales ‘en regiones
celestes,’ precisamente como está ocurriendo en nuestro caso.
Estas potestades demoniacas e invisibles de Satanás, están influenciando y guiando ¡a muchas personas sin Cristo que están en cargos importantes en los gobiernos de los hombres, del poder ejecutivo, del legislativo y del judicial! Por lo tanto, estas Escrituras nos dicen, hablando de nuestras vidas individuales, que ‘ESTEMOS SOMETIDOS’ bajo estas autoridades DE HOMBRES, aunque en otros lugares Dios nos enseña que son autoridades de ‘ESTE MUNDO MALO,’ y engañado y desorientado por Satanás.
Pero que ‘se sometan a ellos’ no quiere decir que los OBEDEZCAN siempre. Cuando llegue el caso en que un mandato de nuestros gobernantes nos lleve a DESOBEDECER A DIOS, tenemos que obedecer a Dios, y estar ‘sometido’ al castigo de las autoridades que los hombres apliquen por nuestra desobediencia.
“NO puede haber ninguna autoridad, de NINGUN gobierno, excepto a lo que Dios permita. Este pasaje es una instrucción a nosotros en nuestra ¡VIDA INDIVIDUAL Y PERSONAL! Y nuestro pueblo ciertamente está compuesto mayormente de cristianos que mantenemos la ley y rechazamos el desorden y el caos o vandalismo.
Preguntémonos entonces ante Dios:
¿Está nuestro Presidente infringiendo la
ley?
¿Está nuestro Presidente llevando al país
a decisiones contrarias a la ley de Dios?
Usted decide que hacer.
Bendiciones
Pablo José
Comments
Post a Comment