LA PEREZA ESPIRITUAL COMO COMBATIRLA
Desde hace varios meses, casi un año, he
venido afrontando una alta dosis de pereza espiritual. Aunque quiero pasar
tiempo con Dios, mi cuerpo ha adquirido unos malos hábitos que me impiden ese
propósito, pues al acostarme re tarde y obviamente levantarme re tarde, no leo
a diario la Biblia y oro muy poco. De ejercicios espirituales, solo voy al
servicio dominical de mi Iglesia y no volví a sentarme para meditar algún tema,
escribirlo y compartirlo, llevando el evangelio de una manera fácil y entendible
a los demás.
Y así de simple es la forma como debo combatir
mi pereza espiritual. ORANDO y LEYENDO LA BIBLIA, A DIARIO.
Si, es gratis, es fácil, suena fácil, PERO,
no lo hacemos. Y es ahí donde encontramos las armas, la motivación y las herramientas
que nos entrega el Espíritu Santo para superar esa pereza, y encontrar las respuestas
a aquellas inquietudes y preocupaciones que asaltan nuestro diario vivir.
En mi caso, lo más importantes fue volver a
tener claro en mi cerebro y en mi corazón, el PORQUÉ y PARA QUÉ DEBO LEER LA
BIBLIA.
Para entender entonces por qué y PARA QUE leer a diario la Biblia, resumiré las 3 cosas que NO debemos hacer antes de empezar a leerla:
1. No leer la Biblia SIN ORAR.
1 Corintios 2:14: (…) Pero el hombre natural no percibe las cosas que
son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede
entender, porque se han de discernir espiritualmente (…).
¿Que nos advierte
papá Dios? Que leeremos cosas que no podremos entender con nuestra mente y que
nos parecerán locuras. Que esas cosas solo las podremos discernir o entender
espiritualmente. Que para entenderlas necesitamos al Espíritu Santo. Veamos:
1 Corintios 2:10-12; (…) Pero Dios nos las reveló a nosotros por el
Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque
¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre
que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el
Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos
recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios,
para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, (…).
Los pensamientos
míos solo los conoce mi mente y mi espíritu humano, o sea que solamente los
conozco yo. De la misma forma, los
pensamientos de Dios solo los conoce Su mente y Su propio Espíritu Santo. Y
papá Dios nos recuerda que nosotros, cuando aceptamos a Cristo en nuestras vidas,
RECIBIMOS en nuestro interior al Espíritu Santo de Dios, entre otros aspectos
para que SEPAMOS o ENTENDAMOS todo lo que Dios nos dejó como regalo en SU
palabra.
En resumen, nosotros
como humanos no podemos entender la mente de Dios. Está por encima de nuestras
capacidades humanas. Pero el autor del libro sagrado fue Dios a través de la
inspiración que le dio directamente a los escritores, entonces, el Espíritu de
Dios, el Espíritu del autor de la Biblia, que está dentro de mí, me explica que
es lo que estoy leyendo, que es lo que Él pensaba cuando escribió esa porción que
leo, cuando se lo pido en oración. Y me lo recuerda clarito, en:
Juan 14:26; (…) Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a
quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os
recordará todo lo que yo os he dicho. (…)
2. No leer la Biblia para “ganar puntos” con Dios. Léala para ESCUCHAR la voz de Dios.
Los programas de Up
Grade (ascender en categoría) en términos simples requiere que hagamos varias
veces lo que promueven (viajar en X o Y aerolínea, hospedarse en X o Y cadena de
hoteles, etc.) para ganar puntos, obtener así un extra importante y/o ascender
de status. Símilmente, no debemos leer la Biblia para ganar puntaje o millaje ante
Dios, pensando que con ello nos iremos en primera clase para el cielo.
La Biblia la
debemos leer para ESCUCHAR la voz de Dios. Los hermanos católicos sacaron la
versión “Dios HABLA hoy”. Yo la uso como complemento de mi versión Reina Valera
1960, pues es muy fácil de entender y me ayuda a ubicar el contexto de lo que
Dios me quiere decir. Mucha gente anhela y le pregunta a los sacerdotes y a los
pastores, como escuchar la voz de Dios. Se les responde “Lea la Biblia” e
insisten. Quiero escucharlo de manera audible. La respuesta sigue siendo “Léala
en voz alta”. Simple, no le demos más vueltas.
Hebreos 1:1; (…) Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en
otro tiempo a los padres por los profetas (…).
Ahí está. Dejó consignado en la Biblia todo lo
que nos quería decir a través de Sus escogidos. Jesús, Isaías, Moisés, Job, Malaquías,
Pedro, Pablo, Marcos, Juan, Rut, Salomón, etc., etc. Él nos habla por medio de lo
que nos dejó escrito.
Debemos leer
porciones de la Biblia, ubicarnos en el tiempo o en la época de ese mensaje o
enseñanza, meditar en el entorno, en lo que quiere decirnos Dios con esa porción,
en que se siente si yo fuera al que Dios le está hablando, en cómo reacciona mi
corazón ante esa palabra, en que pensamientos o deseos tengo. Eso es escuchar y
recibir la palabra que Dios me está hablando, por medio de la lectura y
meditación que estoy haciendo.
3. No leamos la Biblia para salvarnos. Leamos la Biblia para CONOCER AL QUE YA NOS SALVÓ. A JESÚS.
Toda la Biblia
tiene como eje central a JESÚS. Y el propósito central de este libro inspirado
por Dios, es que CONOZCAMOS a Su hijo, a nuestro SALVADOR, a Jesús. Lo recordó el
mismo Señor en Su ministerio terrenal. Veámoslo, esta si en diferentes versiones:
Juan 5:39;
Reina Valera 1960 (…) Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os
parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan
testimonio de mí (…)
Nueva Traducción Viviente
(…) Ustedes estudian las Escrituras a fondo
porque piensan que ellas les dan vida eterna. ¡Pero las Escrituras me
señalan a mí! (…)
Dios habla Hoy. (…) Ustedes estudian las Escrituras con mucho cuidado,
porque esperan encontrar en ellas la vida eterna; sin embargo, aunque las
Escrituras dan testimonio de mí (…)
Y Jesús les dijo
a Sus discípulos lo siguiente:
Lucas 24:44; (…) Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé,
estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que
está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos (…).
a)
Toda la Biblia da
testimonio de Jesús, de quien es, de Su obra, de Su propósito redentor y salvador.
b)
Desde el principio de la
creación la Biblia habla, cita y muestra a Jesús actuando. En el antiguo y en
el nuevo testamento. Lo recordó Él mismo.
El cordero del sacrifico para expiación de los
pecados del pueblo en el Antiguo testamento, era el símbolo de Jesús. La oveja
que fue llevada al matadero y que sufrió el castigo de muerte como sacrificio, habla
de Jesús. (Isaías).
RESUMEN
1. No leamos la Biblia sin orar antes y sin pedir dirección y ayuda al Espíritu Santo para entender lo que Dios me quiere decir.
2. No leamos la Biblia para ganar puntos ante Dios, sino para ESCUCHARLO.
3. No leamos la Biblia para salvarnos sino para CONOCER A FONDO Al QUE NOS SALVÓ.
Desde Génesis hasta Apocalipsis, escuchamos la voz de Dios a través de Su Espíritu Santo REVELÁNDONOS a Jesús y diciéndonos: Te busco, Te salvo, Te perdono, Te amo.
Bendiciones
Pablo José
Reconocimiento: Este miniestudio lo armé con base en una enseñanza del predicador Argentino que se hace llamar "Escarabajo Binario".
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