DESESPERADAMENTE PACIENTES
Seguramente algunos de nosotros, creyentes en Cristo y en las promesas consignadas en Su palabra, la situación que vivimos tanto personal como en nuestras empresas, no ha mejorado y por el contrario, tiende a agravarse, los recursos se agotan y no se ve salida. Los ingresos siguen estancados, escasos o no llegan y los gastos no paran. En nuestras fuerzas hemos acometido y seguimos adelantando las tareas y acciones que la buena administración demanda, en austeridad, recortes y búsqueda de trabajo o negocios nuevos. En las empresas, la Gerencia y/o los accionistas o socios, están comprometidos, al igual que muchos de nosotros a nivel personal y familiar, en sostener y levantar la compañía/casa, para proteger el empleo de los trabajadores y el sustento de la familia, honrando de esa manera el propósito de Dios de dar el sustento a todos Sus hijos. En esos momentos de angustia, debemos recordar lo que Dios ha hecho en nuestras vidas y en nuestra empresa, las cuales se han sost...